Son tus alas castigadas, entre el polvo y la evidencia.
La muerte es una palabra, que cada mañana muere en los lagrimales húmedos por la intrusión de la luz del sol.
Op, tri, mens. Minutos y patologías.
Y un montón de chatarra apilada y acariciable. Ecos infiernitos, tu voz es la línea maldita.
Todos guardamos un suicidio en el placard, como la mariposa.
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