martes, diciembre 27, 2005

Hermosos y malditos

Un pasillo de ciudadanos, unas ruedas bruscas... montados sobre ellas, los dos.

Una carta a destiempo de los días del sol.
Un remolino de pétalos que danzan y chocan contra los vidrios, todo encerrado en la misma cápsula, todo atrapado en el mismo sueño. Todo es las ganas mismas.


Quietud.

Dos de esos hermosos y malditos. Me perdí.

Y así me fui, me dejé tinta y papel.

Tres horas después, en el piso... todo es tan vívido como el nerviosismo arremolinado.

jueves, diciembre 01, 2005

Enchastre

Medio en medio de lentes y una letra, dio imagen de satisfacción.
Siempre ella inconclusa, es un hábito e incógnita.
Une calma pestilente y no pestilente.
Todo es la peste misma, dejando en claro la claridad.
Ahí, en el organismo o cosa que se tenga enfrente.
Lo que aquí digo es la indiferencia. En tal. Es como es, cuando, que sea.

Hoy los mosquitos prefieren los tobillos.

Hemisferio uno, que despegándose del pegamento que lo adhería, lo arrancaba.
Y enmendé con cinta plástica, cinta para arreglar cables de velador.
No es un velador esto, ahora así será a la vista.
Y saldrá, enredado.
Es la cabeza de un papel, uno quemado.
Ese carboncito en lámina que vuela, se desintegra y vuela.
Y hay otro, aparece otro que es irrecuperable y un acto de cordura.
Pasan dos, tres, mil y doce despliegues tan duraderos como un momento de la respiración.

Enchastre, se puede cambiar de apariencia.

Distintos pasos, distintas situaciones, distintas muertes...

1.
Me tengo simultaneidad,
por un lado el aparataje que funciona en el mundo,
por otro, alguna otra cosa u otro.

A los tres perros que vi durmiendo no los desperté.
La angustia y la melancolía me persiguen cual pecado original.
No quise molestarlos ni molestarme y me molesto. No sé en que cosas, ni por cuales, ni por que.
No hay en mi, y digo no la hay, intención de molestias.
Conmigo no funciona ni siquiera el mundo.

2.
Traigo algunos datos de poca relevancia para ocuparme en generar una imagen-idea.
Cuestión que se realiza automáticamente, salvo en casos de parálisis.
Un auditivo bienestar, sin gotas y sin percha.
Lo que fue a dar un saludo de bienvenida. ¡Qué no pierda encanto!
Realizable aquello que permaneció tapado y mansito, aunque primero una muerte y luego la posibilidad.

Apunto a que el dado de en numero cinco, al tanto que, él, hace lo que esta dispuesto.
Algunos dirán: -Lo que quiere.
Otros: -Nomás sale.
Y no faltara voz que anuncie la ausencia del objeto.
¡Cuántos sueños!

Una noche, rayos y tormenta. Al instante se despeja y la humedad, aún en el ambiente, adherida a las cosas.

3.
Esto que ahora será palabra. ¡Óigalo!
Herradura e infierno, espasmos, dolencia y sigilosa motricidad.
Cuatro pantalones al año y un ave que dos veces fue a mirar su despliegue.
Su vuelo, muerta y muerto.

4.
El sol mirado tras una cortina, ambiente.
Como el naranja en reflejo cuando la iluminación publica va a dar a las nubes.
Esa colcha, la luz de cortinas que acolchona este habitáculo. Contenta y contiene.

Y ahí me espera la despedida, siempre como misterio.

5.
Con gotas de algo me curan o mojan para secarme esperando.

Luego del ensueño llegue aquí, me traje.
Automáticamente abandone el calor y comodidad de las colchas, para, bajo lluvia, caminar hasta este edificio.
Aquí: sentado. Extraña relación de estas (esas) gotas que me traen a las letras... o a este (ese) edificio.

sábado, noviembre 26, 2005

Titiriteros truncados por los Quijotes de la imaginación

Pampas satelitales, licores ansiolíticos... represores de las almas volátiles.
Enfundados sistemáticamente fumigan los espacios vitales. Monocromáticos de espíritu.
Sequías de los hombres australes, periscios de la luna.


Justo allá donde florecen rayos de energía en sus danzas sin-rumbo, como brisas contra tornados.

Determinismos de la luz.

Hay gente fuera de la gente, pétalos dentro de la mente. Y ahí... una rueda dentada de sueños, maquinaria onírica.
Factoría de la vida ideal.

martes, noviembre 22, 2005

Tijeras (breve ensayo sobre la mentira)

Palabras, frases bonitas pero engañosas que intentan esconder, poco a poco, las sospechas confirmadas.
Las palabras no se diferencian en sí mismas cuando son empleadas en una referencia de intención correcta o, en cambio, mentirosa.
Una tijera corta la palabra dividiendo lo verdadero de lo falso.
Las partes de las tijeras varían según su uso, el filo de la misma no importa para el caso.

El corte esta hecho.

En un aparador se encuentran dos libros uno al lado del otro, ambos cortados por diferentes tijeras. Lo irónico es que parecen exactamente iguales, casi resulta divertido, de verdad.
Es forzoso hacer recortes, el escenario se amplía, tantos malentendidos conscientes, dirigidos, elaborados.
La mentira de la palabra.

Asustados tratan de reaccionar y se dan cuenta de que todo es neblina y que no hay forma de llegar a ningún lado, porque todos sabemos que el lenguaje abre y oculta y entonces empezamos a escuchar lo que no estamos diciendo cuando lo estamos diciendo.
No se como lo podría llamar, no tengo nombre para eso, pero es eso, indescripto, sin nombre, personalidad o defensa.
Lo que miro morir entre mi lengua y que existe en mis ojos y no es sino un intento trasnochado por decir, si es que es posible decir, sin usar tijeras.

martes, noviembre 15, 2005

Fotocopias

Retroalimentación de las ideas. Un vuelo rasante y dudas, muchas.
Un viaje como escape… ¿A qué?

Mientras esperaba la inmensidad, nevaba adentro.

La irrealidad de mi sueño despierto me atemorizo hasta la locura.

Sus ojos. Espejo. Reflejo.
Una sensual melodía indígena.

lunes, septiembre 05, 2005

Historias de cerraduras, otras fugas y escapes (Parte II)

A la vez que la melancolía, las mentiras dan entusiasmo. Y más que una prisión es un stand-by funcional.
Estrecha es la grieta o ni hay grieta.


Yo quiero estar bien... me importa nada cualquier cosa y eso también.
Bien se siente.
Reparo ahora en recuerdos de andar queriendo y no estar bien.
Me es prestada una herramienta, de la que no me apropio. Sólo la tomo en posesión.
Le daré algún uso, como este de ahora, que no estas viendo.
No pudiste sintonizar mis pensamientos. Será que te hunden otras preocupaciones.

Me apesta un tumor maligno que ha llegado a mi de varias maneras y por varios canales.
Eso que quiero descargar de mis bagayos.
Me contestaran mil cosas aunque no pregunte o preguntare miles diluviando.
¿Qué se puede hacer?
Me gustaba el pasto y los árboles.
Todavía un aroma a nardo, diferente.
Un clima llano de especificidad nula, se da a conocer en corroídos soles y ni que se tenga atención se puede correr a atraparlos.
Aparecen fugaces estrellas.
Mi comprensión de las cosas es absurda.
Para mis adentros planteo como un problema el hecho de apuntarles y, sin embargo, mantengo "estructuras" de mundo.

¡Que arrogancia y estupidez, esta!

Historias de cerraduras, otras fugas y escapes (Parte I)

Hacia tiempo, el sol cuidaba vegetales y animales, la noche llenaba los aires con excelentísima sinfonía.
Y ahora, noches y días y algunos otros no se sabe dónde andan.
Y algunos de recaídas y tensión, algunos de esos, indescifrables.
Solamente tensos y vibrando abajo.
Mansedad tensa, tropezaba, decía que era pez y daría un pie.
Dos hemisferios, miro una prenda.
Cuando acababa de decir que cualquier pez gordo iría.
Levante mi seso, dos cuartos de hora en medio de un montón de partes de auto.
A esto, cuando elevaba el cordón, la chapa, la enmienda, el agujero.

Un corte de luz. Un tenso apagador.

lunes, agosto 22, 2005

Clonax

El clonax es una variante genérica del desconsuelo contra la ansiedad.
Caes y caes sosteniendo un teléfono en forma de labio,
para dialogar durante horas de irrelevantes cambios de emoción y falta crónica del sueño.


Vos no vas a estar nunca más,
leyendo en la puerta de la heladera las notas que escribí.
Para que abras los ojos apenas,

en el salto de viento frío que nos separa del mundo.

miércoles, agosto 17, 2005

In-quietudes

Setenta y cinco guantes y bidones te rodean.
Sólo queremos verte feliz, parece ser su excusa,
todo lo demás: quieto.
Supongo que tu madre estará orgullosa.

No entiendo por que viniste a este lugar,
al calor del sol que más calienta
buscando tesoros, piedras, certezas,
pues... como que no hay.
Entonces, nada más interesa.

Este es el plan:
pasa por la ventanilla seis,
da lo mismo de que color es,
sobre todo en la primera mitad,
si trae pilas o vienen aparte...

Pero... ¡no!
Hoy no tengo ganas,
alguien más lo terminará.

La gente dice que es peligroso tener bien cerrados los ojos.

domingo, agosto 14, 2005

Mañana (Domingo)

¡Cuidado! El mundo te sigue de cerca.

Algunas cosas suben y otras bajan,
o caen, o flotan, o vuelan,
cuestiones de la gravedad.

El cielo ciega de cierta manera,
pero deja ver algunas nubes goteando,
un planeta, un amigo.
La chispa habitual.

Ahora estoy listo para cerrar los ojos.

martes, julio 05, 2005

Sobre las palabras (y de cómo el mundo se ríe con dos ojos)

Una tonta melodía atraviesa mi muñeca y un souvenir es el consuelo del ahora, antes algún brindis de compañías.

Un estado inaugural que recicla pensamiento, de lo innombrable a un neo-mencionable.
Las calles se mueven de dos o más diferentes maneras y se escucha un brindis de desentendimiento.
Vino él, de ruta insumisa, sin avisar a sus amigos.
Mas las calles no pudieron desorientarlo. Así piensa, porque hasta ese momento su idea era que tal construcción solo tenía la intención de desorientar.

Des-envoltura.

Sin pensarlo y tras el mágico trino de cascabeles dulcemente sonoros y aun así sin presencia, no respondió.
No supo qué decir acerca de lo sucedido hasta ahora.

Esperó encontrar otros cascabeles sonando, y esta vez si, prestarles oído.
Interminables días esperó, envuelto en pensamiento pero sin palabras.
Pensando a veces, y otras: no pensando. Dejando fluir.

Una vez se le ocurrió que en algún momento él podría habérsele escondido a los cascabeles, mientras esperaba. O no mostrarse claramente esperando, por si apareciesen.
Lo pensó.
Esto ocurrió de madrugadas, al tanto que buscaba “conciliar” el sueño, cosa que no pudo lograr, pues la preocupación devino en insomnio de días. Otros tantos pasaron que exceden mi capacidad de relato-empírico.

Un verde cristal en el medio, entre él y el afuera, sirvió de lente. Algunos días, algún tiempo.
Mas se vio tentado por el viento, por cómo se sentiría tal cosa, a la cual antes, cuando había palabras, le llamaban viento.
A momento, desde su colapso existencial, solo podía verlo en mímicas que tras el verde cristal-lente y cuando el aparecía le regalaban las cosas.


Cruzó el cristal sin atravesarlo. Usó un mecanismo corredizo que suele instalarse en casas y otras construcciones como tales.
Llegó, caminando o corriendo, o flotando, hacia ese montón de forma e imagen atrapa-sentidos. La abrazó.
También vio como sobre aquella superficie rugosa se deslizaba una pequeña forma, mucho más pequeña, en veloces movimientos. Veloces y a la vez bonitos.

La superficie era el tronco de algún añejísimo árbol, que no era árbol y menos añejo. Y la diminuta forma móvil, una investigadora hormiga, que tampoco era hormiga.
Pues palabras no había, ni nombres.
¿Y cosas?

Dolía la panza. Días sin alimento y sin palabras.
Mas no interesaba. ¿Pues cómo, sin palabras, se proveería de alimento?
¿Cómo referirse? La idea parecía fluir en un rumbo absurdo y trató de tomar rienda repasando el transcurso de su (hasta ahora) estadía: una impresión de conocer ya cierta intención de confundir. Una gigante muerte-desengaño.
Pocos movimientos físicos, sólo pasos y tras días, mover una puerta que no era puerta.
Abrazó y percibió formas nuevas que no eran nuevas, y renaciendo se renovaron.

Sólo contaba con este descubrimiento y el alimento: medio paquete de galletitas sin sal.
Decidió comer esos cuadrados de harina y junto al árbol, que no era árbol, sentarse a morir. Al igual que las palabras, esperando.

miércoles, junio 29, 2005

Ansiedad

¿Y ahora qué vas a hacer?
Me atrevo y lo pregunto.
Todo el rollo me da cosa tal como para que me atreva.
Monosílabos en respuesta o nadie responde.

Transmito a casi un vacío.
¿Dónde estará o dónde estarán?
Pero en pregunta...

Como una ceguera de insomnio, impresionante insomnio.
Una multitud de imagen y sentido que repele auditivamente todo, estúpidamente estúpido y más estúpido.
Molesto.
He de no dar en la tecla. Lo sé, lo sé...
Es todo esto a donde van a parar el general de las cosas, una construcción pestilente.
Es la peste. Refiérolo hiper-frecuentemente.

Y un... ¿Cómo es eso?
Una piedad absoluta, es decir mismo.
Puro decir. Por eso se nombra decir y dícese.
El elemento es inevitablemente un sector desprestigiado e indominable, sabe leer y escribir.
Una secuencia de estropeos sin razones.
Luz que fue a dar a un no se donde. No sé.
También es cuestión de que continué esa.

Palpita dos veces, una y dos más.
Es vil, muy vil.
Apetitos.
Y eso mismo, una y dos veces... vilmente apetitos, roña y un diluvio de roña.
Es doblemente o triplemente, la manera en que se presenta, se me presenta.
Y a la vez, es solo un desliz. Un momento de las cosas y momentos hay. Los hay, los hay...

En donde hay algo y encuentro, nerviosísimo llevo,

algún tembleque o ansiedad.

domingo, junio 12, 2005

Gritar

En lo ulular del disco,
me impresiona tu manera de gritar.
De pelea única, de pelar duraznos con las uñas agrias
y aguantar erguida frente al sueño.

Llegué al fondo de la lata de galletas que no como
y ahí... tu palpitar preciso.


Tus huesos repletos de ruidos que se cortan.

lunes, mayo 09, 2005

Cardiopatías

Arritmias y un parcial e insólito rayo.
Rumbo fijo e indicado, para hacer el crimen.
Dar lujos y criminalidad, ese rayo de milisegundos se agotó. Pasó a ser una copa a medio llenar.

Arritmias aún, me despellejo y doy en vómito.
Le es amable a la copa que se vacía y vuelve a medio llenarse.
Sin mover pies y manos, un cuadro fenomenal.
Dos luces esta vez encendidas y un par de medias destejiéndose en quietos pies.

Limpio en lluvias, me embarro y me limpio.
Doy alimento a mi caja, expectativa y más arritmias. Expectativa de arritmias futuras o de otro cuadro. Uno más delicado y calmo.
Allí apunta la esperanza.
Y se pierde en encontrar señales con intención de fundamentar algún (cualquier) delirio de presagio.
Una ofensiva terrenal y como tal, cultivada entre mugre, que le sirve de abono.

Abro un cajón:
un enorme mensaje, todavía más extensible, sin doctores.
Más de una o dos veces, unas, hubo de ser hospitalizado.
Inmóvil se redujo a pocas palabras, repetitivas. Con la imposibilidad de percibirse en integridad.

En otro cajón:
adoptar formas, que de otros se dicen, que ya estaban ahí... y como se las utiliza para empaquetar sucesos.
Es también la muerte.
Es una ajena metáfora, muy ajena.

Digo: hiper-muerte.
Porque además de nomenclatura, se adapta a la forma de la caja que lleve/s puesta (cargando).
Y esto: otra neutralización. Una no lluvia, que tampoco es riego de artificio.

martes, abril 05, 2005

Observaciones

Él observaba dentro del automóvil de vidrios empañados, sin explicación, porque la tarde era calurosa, febril. Cuando pasaron de a saltitos por la vereda, del lado en donde él siguió estacionado, dentro, adormitado y contemplando la situación de esta pasada.
Se alejaron por la vereda mientras siguió observando a ellos, en su charla.
En su contemplación del momento. Canturreando frases inequívocas del espíritu mismo de lo acontecido en el lugar. Más allá del invento, de la transgresión, en el paso largo intentaron lo impensable y allí el encuentro más constante en el mensaje pleno:
-¿Verdad las angustias? No juzgues esos valores que los demás dan a su voluntad.
Solo fue el intento de darme esa respuesta.
-(Él pensándolo para sí, sin exteriorizar el mensaje): ¡Complaciente compañía, no confunda el asunto!
(Ahora si hablándole a ella, expresión de la belleza justa, que al corresponde): ¡Mira en lo intestino!
-(Supongo que mademoiselle en su interior): Pues es ahí donde nos hemos encontrado, alguna vez, otra más.
Y en ese mismo momento del universo; En ese mismo lugar, punto fijo para el transcurso, pero no así para la infinidad; en ese mismísimo momento, pensó en la constancia del encuentro, sin saber siquiera del rechazo que después lo acapararía, lo transformaría. Sin explicación para él, absorto en la espera más continua que floral. Angustiado, desesperando días hasta que la situación logro aclarar las rectas disparadas al sin fin.
En otra dimensión de lo real, desaparecidos del enojo, conociendo lo abismal:
Tu mano de alas sin enfermedades, a veces enfermas de melancolía angustiosa.
No presumas, si logro presumir para alterar mi autoestima, lo original no es permanente. No lo haré, ni en la distancia.
En las confesiones esta lo noble y verdadero, más que eso. Atravesando todo el cuadro, en las confesiones, buscando ese rejuntar de distancia, esa imagen de longitud capaz, correspondiente.
Las repeticiones tienen su explicación pseudocausal, en la naturaleza de los pensamientos. Su química desgracia, su caparazón rojo de metales, obsequio, implorando en el envoltorio por que aparezca la inocencia en la inocencia.
(Siguiendo con las palabras): ¡Lo contenedor de las escrituras! Sabes que me destapo, que me contengo en ellas, para no estallar en polvos distantes.
Madre, devenir, angustia, mansión.
Sangre polvorienta expandiéndose.
¿Que es la sorpresa?
¡Sacudidas y largas piernas!
¿No lo entiendes? La relación esta en los sonidos.
Lo apegado, tan potencialmente, se vale en intentos de comprimirse, junto a la cantidad de encuentro producida, ampliándola en un tiempo menor. Y por ello los estallidos.
Demostrare entonces el transcurso que debe tomar el continuo acercamiento para no rozar en astillas, terminare con las aceptaciones morosas, con las formas ofrecidas, con los artilugios disfrazados, inmunes.
Acudiendo a mil formas de lo irreal e ilusorio e injustificado. Porque no moriré en la tenacidad de la fijación nerviosa, frenética y desgastante. Aprehenderé lo maquinal, lo momentáneo, sin lo planeado y su reniego. Renegándolo, acariciándolo, escapando en momentos de laureles altos, llevando la contención más maravillosa cargada en la espalda, de cabellos del sol que nace en el horizonte colorido.
Pontificios, masacres de alegres. No me quedare ahí donde los papeles se gastan solos, donde no haya sino dentro de uno mismo, no me iré a detener desgastando el camino, arañándolo hasta acabarlo en conocimiento descifrado. La extensión de los párrafos no es importante cuando el regalo es de esplendor maravillante.
¿Disfrutas de las melodías regaladas?
No se, no envío, no logro contener, no imagino en absoluto.
Combustible, en anhelos.
Enmantecando, aplastando, investigándolo. Atrapando y complaciendo.
Allí en la palidez lo admirable, lo que rompió lo equivoco en su forma misma, expulsándola.
No logro contener, puedo degustarlo, no puedo degustar.
Absorto, inmediato, aconteciendo.
Los ojos siguen mirando hasta apagados, ¡y no son ojos!
-¡Golpeador en historias, inspírate en ayunos!
Mantente fiable, convencible, angustioso, repetido, cancelado en una fracción tuya.
Detente en el bajar de los dedos en los símbolos, en el girar de los colores, en los amoríos fabulados.
Encajado, floreciendo.
Cansado me traspaso al descanso, a la admiración de lo onírico.
Brillantes sin apagones. Quitándoselos sin esfuerzo alguno, sin invitaciones.
Lo merecido, lo auto-justificado como merecido, para aquello mismo cuyo fin de explicación apareció la palabra en las oraciones del ser.

Nuevo apagón, en la noche, en la esquina que no se necesita doblar.

domingo, marzo 27, 2005

Perspectivas en sueños

Combustibles varios en aparición lógica de menos de dos metros.
Distancia total de ángulos e interiores.
Dispersión, exaltación.

Candela, hubo doce metros, cuatro estaciones, un pararrayos,
entre siquiera manteles de ir y venir. De salvarse ilógicamente. Lógicamente.

Un interior y albatros, canciones y peceras.
A quien espera por nafta y ahí... tal cardumen.

Gelatina en las venas.

jueves, marzo 24, 2005

90's

Al principio la persona se queda quieta como una estatua, inmóvil y sin respiración, también puede agacharse como si instintivamente quisiera pasar desapercibido.
Una coartada o camuflaje de los fulanos civilizados.
Por la gente que no sabia leer los carteles, introducen técnicas como el ambiente sofocante, el nonsense y las situaciones ilógicas.
Cuando sucede, se tumba en la cama hasta que desaparezca y luego prosigue con sus tareas.
El conjunto de la sociedad logra superar el trauma y en años posteriores no importa donde vayas, siempre estarás allí.
Seguiremos consiguiendo lo que estamos consiguiendo, algo pútrido, fétido, malvado, perverso, abominable, detestable... y alucinar con los acontecimientos recientes debido a la gran cantidad de investigaciones por hechos similares.
Al fin y al cabo, parece que la imagen influye.
Son esas palabras, que, aunque supones que significan, nunca acabas de entender.
Como si estuviera cambiando lo mismo que el mundo alrededor, como si todo fuera un sueño. Notaba sus propias palabras como extrañas.

martes, febrero 15, 2005

Manantial (estados mentales)

Así como el pensamiento fluye tal un río y hay veces en que se lo deja correr, sea lo que sea.
Decidió documentar (archivar) para sí fragmentos varios de esa corriente.
Aquí arriba es inquieto, desordenado, desprolijo. Es un enchastre.
Puede que te incomode y puedo prestarte cuanto almohadón sea necesario.
Mi llamado, si es que lo hubo, hasta aquí es donde intentó traerte. Enviado por múltiples canales.
Aquí las cosas, como nubes, pueden devenir en algodones o nubes de agua o tormentas muy fuertes.
Ante todo: mantén la calma.
Aquí llegan suaves y pegadizas las melodías de bienvenida...

Beberemos agua antes de que nazca, antes de su posible pureza o impureza.
La dispersión tiene lugar por atender a incontables maravillas. Y es, ella misma, una suerte de superación.
Transformándose en atención-desatendida, vibración sin accesorios.
Desnudez ebria.

domingo, enero 16, 2005

Brevísimo intento de bufanda azul o gris

Hoy no me siento y nada bueno parece,
ni no sentarse, ni no sentirse.
Choco con las cosas, las pierdo, las abandono.
Sudor frío al despertar.

¿Vendrá, desenfocada... la ambulancia?
A los perros, nada de esto les importa,
si llueve o si llovió.

Quisiera tener una cueva,
para perderme en ella cada vez que quiera... como lo quiero ahora,

en este brevísimo intento de bufanda azul o gris.

viernes, enero 07, 2005

Senku

En esta ciudad el frío congela, y hace que a mí me den ganas de ordenarme, así que no hay mucho que contar.
Aquí no hay ni tristezas ni soledades, seguramente aquel gusano era más inteligente de lo que me imaginé...

La planta se recuperará, yo compraré más tarjetas.
Tengo una embarazada viviendo en mi pieza.

Digamos que te decía que ya ibas a ver cuando llegaba yo. Pero la cuestión es que ya llegue... bueno, estoy por estos lugares.
Me parece una excelentísima idea, pero me sigue pareciendo una buena idea la de la lastima.

¡Espero que sea hasta ahora el mejor de todos!
Me encantaría estar ahí, pero estoy igual.
¿No sale del mundo? Entonces debemos ser nosotros... y bueno, es que yo hago mis apariciones así. Le estropeo los planes a la gente... pero... ¿Podrías especializarte en el Senku o algún juego de ese estilo para ganar tiempo, no?