sábado, octubre 27, 2007

Casa enrejada

Llantísmo, en la cúspide invertebrada de la certidumbre.

Ya no hay costumbres abrasadoras

que te proverbien en carne muerta,
complexionando un mecanismo de disolución aparente.

Es tardía la física de los temores
que comienzan a tejerse en comprimidos de 2 mg.
Camas de pensiones vacías y alguna luz cítrica.

De lo casual a las piernas, de la invitación al olvido,
del sinsoñar al trapecio, de posponer el infierno encapsulado.
Aún ese puente firme sobre el fin de la locuacidad.

En el fondo de la casa, junto al gallinero y algún quincho improvisto.

Sentir el paisaje y su cadavérica espalda.

jueves, octubre 25, 2007

Recuerdo

A veces siento a las montañas moverse tras de mi, con sigilosa habilidad.
Son esas veces en las que el mundo no enciende, o no logro encenderlo.

Son los días de laureles secos, de tus presunciones, y mis parautoestimas. De la imposibilidad de convertir la madrugada, de proverbiar una caricia, de desestipular la melancolía perenne.


Cuando tu mano era repetición pseudocasual, trataba de construir el cariño en el cariño, la sensual estridencia.
Esos días fueron caravanas, latiendo y transcurriendo, convirtiéndose en recuerdo.


Ahora a veces siento a las montañas moverse tras de mi, con peligrosa habilidad.

Son estas veces en que la saliva es espesa, casi de cal.

lunes, octubre 22, 2007

Tus manos

Mano inmensa, y siempre llena de caricias y de alivios,
de ventanas entreabiertas, de batallas al olvido.

Tus manos mamá son de alcoba, de pie, de raíces hondas.
Al fondo de cada día, extraño tus manos cómodas.

Como creencias y animales, como espaldas, siempre atrás. Cuidando.

Y sólo una vez me encontré a mí,
sentado en una habitación,
sin nada y nadie...

y un cielo que estallar.

Como siempre, a la hora en que todo es fantasmal.

domingo, octubre 14, 2007

Día, ocaso, animal

Se consume el último mate cómo bálsamo.
Inundan la pieza seca, los hombres de día
y borronean la vida de magma y cinismo.

En la terca quimera de no ser animal
llorarán truenos y babas.
Comerán al pie de la mesa, al pie de un maltrato
y seguirán siendo hombres, sólo hombres.

Hombres que no deberían seguir a su sombra
pero se someten a ella, a cada sol, y a cada hombre.

martes, octubre 09, 2007

Butterfly

Son tus alas castigadas, entre el polvo y la evidencia.
La muerte es una palabra, que cada mañana muere en los lagrimales húmedos por la intrusión de la luz del sol.

Op, tri, mens. Minutos y patologías.

Y un montón de chatarra apilada y acariciable. Ecos infiernitos, tu voz es la línea maldita.

Todos guardamos un suicidio en el placard, como la mariposa.

lunes, octubre 08, 2007

27

Soltaremos las manos, justo antes de ensombrecernos. Cortaremos los caminos con nuestras lunas, estrepitosas, divinas.

Esta mañana no fue una de esas verdes y amarillas.

Hoy quiero quedarme quieto y soltar las manos. Puede que todo esto se inhale.
También puede que haya cuerpos en la orilla, descansando al sol.

Casi todo el verso se llenó de estrellas, perdidas, vagabundas.

Hago esto por pura necesidad, me refiero al último número par y a las diferentes formas de esconderme. Inhalando.
Hoy crezco en la tristeza, puerto anegado de mar agrio.

Vamos a vivir la sombra. Vamos a soltar las manos.

viernes, octubre 05, 2007

Extrañando el desierto

La punta del lápiz invierte su tiempo en matarse y transportar.

Mientras observa entreviendo y escondida en su arte.

Al miedo flexionado, aromas de piezas privadas de ser... cual un desllorado ensueño en quilates.

Tras trazar ciertos mapas espontáneos para entender la ternura.
Vacilas, vacila silente. Con firme tesón se sumerge y ahoga.
Y al mundo proyectar las manos de Perón, como estribillos. La cabeza golpea.


(Nota: leálo de todas las formas que se le ocurran, inclusive de aquellas que tengan algún sentido)