miércoles, junio 29, 2005

Ansiedad

¿Y ahora qué vas a hacer?
Me atrevo y lo pregunto.
Todo el rollo me da cosa tal como para que me atreva.
Monosílabos en respuesta o nadie responde.

Transmito a casi un vacío.
¿Dónde estará o dónde estarán?
Pero en pregunta...

Como una ceguera de insomnio, impresionante insomnio.
Una multitud de imagen y sentido que repele auditivamente todo, estúpidamente estúpido y más estúpido.
Molesto.
He de no dar en la tecla. Lo sé, lo sé...
Es todo esto a donde van a parar el general de las cosas, una construcción pestilente.
Es la peste. Refiérolo hiper-frecuentemente.

Y un... ¿Cómo es eso?
Una piedad absoluta, es decir mismo.
Puro decir. Por eso se nombra decir y dícese.
El elemento es inevitablemente un sector desprestigiado e indominable, sabe leer y escribir.
Una secuencia de estropeos sin razones.
Luz que fue a dar a un no se donde. No sé.
También es cuestión de que continué esa.

Palpita dos veces, una y dos más.
Es vil, muy vil.
Apetitos.
Y eso mismo, una y dos veces... vilmente apetitos, roña y un diluvio de roña.
Es doblemente o triplemente, la manera en que se presenta, se me presenta.
Y a la vez, es solo un desliz. Un momento de las cosas y momentos hay. Los hay, los hay...

En donde hay algo y encuentro, nerviosísimo llevo,

algún tembleque o ansiedad.

domingo, junio 12, 2005

Gritar

En lo ulular del disco,
me impresiona tu manera de gritar.
De pelea única, de pelar duraznos con las uñas agrias
y aguantar erguida frente al sueño.

Llegué al fondo de la lata de galletas que no como
y ahí... tu palpitar preciso.


Tus huesos repletos de ruidos que se cortan.