jueves, diciembre 24, 2009

Lágrima y río

Quemaban los championes con el sol,
arrugaban colchones y se metían la luna en la ratona.

Engordaban, año tras año, pausando las horas amargas.

Cómo frente al Solís, doblados por el plomo gris,
inventaban las trompetas con los perros acostados
al costado de si mismos.

Compraban mientras les hablaban por la espalda,
vendían sus lágrimas al río.


Sucedío en Montevideo.

martes, diciembre 22, 2009

Vista desde arriba



Piedra lisa desmembrada
y su granito es arena en los paladares.

Cuando miro las montañas espejadas
con sus bosques de madura inocencia,
es caricia de la nada espectral
con romance imponente y fálico.

Sos del caos y del silencio.

Voy a vivirte y reir.

jueves, noviembre 19, 2009

Delicia

Capemos los ruidos de afuera,
no alimenta escuchar la pueblada,
si no andás con antorchas de rabia.

Hoy no vamos a jugar a la revolución, o si,
hoy vamos a enigmarnos en esta delicia.
Y salir preguntándonos
¿cuándo volveremos a pegarnos?


martes, noviembre 17, 2009

Silencio

Viajando en el vagón de los pesados
abruma la humedad y ser un vano.
Me aburren las palabras,
yo escribo por que no tengo recuerdos.
A ver si se me pasa,
si puedo desnudar todo el silencio.

No hundirte en el vacio de mi memoria
que es puerto de asesinos y sinceros.

Falacias animales, el perro que nos ha sido asignado,
bar, hipnosis, madera, todo lo que contagia a esta presencia.

Fusílarme en secreto,
la muerte es libertad sólo un momento.


lunes, noviembre 16, 2009

Necesitamos agua

Hay agua en todos lados,
cada vez que respiro, respiro un poco,
cada vez que bebo, vuelvo a nacer.

Con los días se llena de manchas el suelo
y vos venís a limpiarme, a sacarme el olvido,
con tu agua y con tu aceite.

Tus niños son cómo gotas,
o es que yo veo agua en ellos
y en sus sonrisas que brotan y salpican.

Nuestra historia es cómo esos perros callejeros
que sólo necesitan todo lo que alguien puede ofrecerles,
un poco de agua del mundo.


jueves, noviembre 05, 2009

Guarida


De chico siempre me pregunté… ¿Qué habrá detrás de los muros? Y suponía infinidad de extrañas hipótesis acerca de la existencia de mundos paralelos al de mi cuarto. De la libertad de ella (la chica de 5to.) cuando nadie la veía, del solitario panadero que ponía la tele a todo volumen para ocultar otra clase de ruidos, de la maldad irrefrenable de ese tipo que no sabía bien a que se dedicaba pero le solían llamar “agente”. 
Siempre quise destruir los muros, ver, sentir a los demás, estar en completa empatía con ellos, y todos los que me olvidé. El rubio que dos por tres aparecía lastimado, la gorda de la bicicleta nueva, el viejito que hablaba sólo por la calle, la pareja antipática de odontólogos. 
Hoy no sé si conozco al mundo y a las personas, pero perdí la ingenuidad, también gané maldad, se me hace difícil vivir conmigo pero de lo que estoy seguro es de disfrutar tener y erigir todo el tiempo muros que me mantengan incólume.


martes, octubre 27, 2009

Soliloquio fugaz

Subida y el metro hacia abajo.
Detrás de los vidrios, negro
absorviendo los tajos del centro.

Cuando las reglas fueron marcas
límites y manos rojas.
El niñito lloraba, y ahora no siente ni habla.

Ropa vieja, vieja moda,
viejos trucos de arrabal,
todo quieto en un lugar.

Si no hay óxido, sómos frágiles
cómo esas nubes que vuelan en las tormentas.

Rojas y ojos de insecto
allá hay una plaza y un carbón
que se esfuman con la primavera.


Voy a contar la nada y la huida.