miércoles, octubre 02, 2019

CYSEPDET

No conozco al poeta de este tiempo
aunque me gusta bajarle la bragueta
y ser el poeta de este tiempo.

Amalgamarme al vacío y
tropezar con las sombras que, cuando el día se acabe,
sabré que se repetirán como se repite su bragueta húmeda,
poblada por las bocas de todos los poetas de este tiempo.

viernes, agosto 16, 2019

El jardín pasado

Antes, sostenías poco tiempo la mirada pero menos tiempo aún el silencio.
Ahora, tratás de medir la profundidad de los ecos.

Antes, cuestionabas las palabras que escribías.
Ahora, leés hasta las instrucciones obsoletas de las piedras.

Antes, huiste al secreto refugio donde los hombres cansados se encuentran para aliviar el sinsentido de su hastío.
Ahora, volvés al lugar que abandonaste y lo notás similar a los anteriores.

Y aprendés que perdiste la facultad del asombro y llorás por no haber cuidado el jardín.

lunes, abril 08, 2019

No se la bancaba


Es cuestión de entender la congruencia,
de saber que no existimos solos,
de aprender el oficio de paciencia,
de aceptar que el infierno son los otros.

Lo decía Sartre, que no se la bancaba,
y por eso la tiraba para afuera.
Yo prefiero no creer tal parrafada,
es conmigo y con nadie más la guerra.

Suelto a vuelo de contradicción y no
pienso aún renunciarme sin embargo
tengo cada vez menos pretensiones.

El futuro es sombra y es letargo.
Aún tratando de descubrir un sino,
no es posible aplacar las emociones.

domingo, abril 07, 2019

Orillar

El fino hilo que conecta nuestras mentes,
cuando se mueven de un lado a otro,
es impasible.

Nos ata a la consciencia

como, a la tierra, una flor.

Y en un desenlace nefario
tu espalda se trastoca
y orilla, a un costado, la razón.

miércoles, abril 03, 2019

Seremos viento

Seremos los dos, puros despojos,
arenas que nunca dieron las horas,
palomas que esquivan los robadores
llevando mensajes a la gayola.

Seremos, entonces, la mansedumbre
del pobre religioso anestesiado
y aunque no quieras, puta costumbre,
ser inocente y quedar pegado.

Seremos grito aunque nadie oiga
y para nosotros es necesario
dejar constancia de que estuvimos.

No nos importa que alguien lo sepa,
ni que de esto cuenten historias.
Solo ser viento y dar remolinos.

Me suicido hoy...

Esta no es la razón que me amanceba 
al vademécum de mis desventuras, 
ni la última gota de ginebra, 
ni el venir a poncho, tu hermosura. 

Esto no es ventolín a la marchanta, 
hacienda baguala, ni pie de atleta. 
Tampoco por arte de birlibirloque 
se transforma en sustancia la receta. 

Escribo porque no tengo recuerdos, 
para negarme al reloj guardado, 
que gira, en el grillo de camisulín. 

Me suicido, hoy, antes que el yerro 
se haga un gigante desalmado 
y lo bauticen de nombre Agustín.

Los rincones

Casi siempre que cambio de mirada
lo hago con virtud de tramoyista.
Me pierdo en distópicas propuestas
que ensayas después de las sonrisas.

No encuentro a Erasmo en la playa,
ni a Panero fumando en el jardín,
pero escucho de lejos una orquesta
entonando en la luna un vals sin fin.

Más lejos, cada vez, de los del Abasto,
de opertuso tengo vida todavía,
aunque aburra tardes a montones,

Quizás porque jamás fui naricero,
no me llama pelarme en carne viva
si remanyo que hay en los rincones.

domingo, febrero 24, 2019

El truco escondido

Envuelto en hojas de palmeras, en el hambre sideral,
así lucho en la gravedad con las cosas calladas.
Con tus intenciones volátiles,
cómo plumas encerradas en almohadas,
a punto de estallar.

Y el desconfío permanente que tratás de disfrazar de conciencia.
Actos olvidables, inconsistentes y exuberantes,
que reflejan un imagen poco real.

Toda la cola extendida del pavo real,
todas las poesías saltando al vacío.

En el plato es más fácil encontrar el pelo,
y aún así buscamos granos únicos en la arena.
Más allá de la visibilidad, al mundo nublado,
arribó mi apuesta.

Una textura entramada de tramas, conspirativas,
en lenguas muertas que gritan ofensas.
Los títeres de celofán, danzan montados
a una brisa orbital que los arrulla.

No te acostumbres al sonido de un alma al romperse,
seguro habrá abrigo en algún lugar,
o en la luz que reflejen las ideas sobrevivientes,
o en la paloma remontando vuelo desde la galera.

martes, febrero 19, 2019

El combustible

Esta noche se olvida, dijo él. Y el caballo no galopo más.

Recuerdo a ella y sus pantalones estampados, pegados a la piel,
marcando los muslos al igual que la figura de un equino
que yace muerto en el asfalto.

El asesino se obstina en olvidar,
olvidando que el combustible de la memoria es la sangre.


viernes, febrero 15, 2019

El desperdiciado

No hay camino, yo soy el camino.

Soy las ampollas, de las que brotan mis consecuencias, cuando las atravieso con el extremo de esta aguja enrojecida por la llama aumentada de mi encendedor brasilero.
Soy los partidos vistos a través de la vidriera de alguna tienda de tecnología.
Soy los restos que abandonaste, en la bandeja plástica del patio de comidas, y ahora devoro.
Soy la espuma, del piso, de tu vaso vacío después de una tirada.
Soy las duchas de la Martín Fierro.
Soy la extensa fila, que conforman impacientes rostros desencajados, para comprar las pálidas lágrimas, abrigadas en rojas bufandas, del bajo Flores.
Soy los ojos que me esquivas.
Soy los tabacos que fumás a medias porque perdés el subte.
Soy el lecho de cartón, soy la almohada de pullover.
Soy las uñas de un gigante, que cargan lo mismo que un arturito.
Soy Primera Junta a las 20:30 hs.
Soy la verdad, la más puta, la inevitable, la que miente.
Soy la vida olvidada, que es pura muerte, y chorrea, golpeando tu cabeza, hasta empaparte de esta crueldad.

Soy el desperdiciado, nadie viene al ocaso sino es por mí.