Esta no es la razón que me amanceba
al vademécum de mis desventuras,
ni la última gota de ginebra,
ni el venir a poncho, tu hermosura.
Esto no es ventolín a la marchanta,
hacienda baguala, ni pie de atleta.
Tampoco por arte de birlibirloque
se transforma en sustancia la receta.
Escribo porque no tengo recuerdos,
para negarme al reloj guardado,
que gira, en el grillo de camisulín.
Me suicido, hoy, antes que el yerro
se haga un gigante desalmado
y lo bauticen de nombre Agustín.
2 comentarios:
Me encanta leerte, descubriéndote todo el tiempo. Beso
Lolo! Gracias, a mi también me gusta leerte a vos.
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