No hay camino, yo soy el camino.
Soy las ampollas,
de las que brotan mis consecuencias, cuando las atravieso con el extremo de
esta aguja enrojecida por la llama aumentada de mi encendedor brasilero.
Soy los partidos
vistos a través de la vidriera de alguna tienda de tecnología.
Soy los restos que
abandonaste, en la bandeja plástica del patio de comidas, y ahora devoro.
Soy la espuma, del
piso, de tu vaso vacío después de una tirada.
Soy las duchas de
la Martín Fierro.
Soy la extensa
fila, que conforman impacientes rostros desencajados, para comprar las pálidas
lágrimas, abrigadas en rojas bufandas, del bajo Flores.
Soy los ojos que
me esquivas.
Soy los tabacos
que fumás a medias porque perdés el subte.
Soy el lecho de
cartón, soy la almohada de pullover.
Soy las uñas de un
gigante, que cargan lo mismo que un arturito.
Soy Primera Junta
a las 20:30 hs.
Soy la verdad, la
más puta, la inevitable, la que miente.
Soy la vida
olvidada, que es pura muerte, y chorrea, golpeando tu cabeza, hasta empaparte
de esta crueldad.
Soy el desperdiciado, nadie viene al ocaso sino es por mí.
1 comentario:
Me gusta la contundencia de las imagenes y el juego con las citas biblicas. Esto es poesia. Beso
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