martes, abril 06, 2010

El parque de la luna

Mientras yo me quejaba del calor y las prohibiciones, a ella le crecía un gusano en el estómago.

Compartiamos el mismo metro cuadrado aunque nunca nos habíamos visto, ella había llegado en un tren de carga, atravesando el país sólo para estar allí. Yo me ufanaba fumando de esa situación cotidiana.
Pasaron las melodías, las pasajeras en el aire, los hombres de papel de diario. Al final nos unimos en el réquiem del parque de la luna.

Ella tenía que volver a las vias, yo me iría a por una pizza.
Es extraño creer que el mundo tenga los pies tan pequeños.


1 comentario:

Graciela "Boticaria"- Boti dijo...

Como siempre un placer leerte!!! Maravilloso relato, corto, contundente y que te deja sis respirar por un ratito. Te mando un beso-Graciela.