Me subí a un ascensor empezado
y bajé tres pisos con los nativos.
Hicieron valer su antigüedad allí,
ocupando los lugares más comfortables.
Sólo bajé tres pisos en cámara lenta,
cómo si el mundo dejara de pestañar.
La eternidad no se puede predecir.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario