martes, julio 01, 2008

Noviembre

La cadena de grietas,
en la exacta luz de la tormenta.
Digo... que tu amor me dio en la boca del sexo,
que el primer trazador de ciudades era experto en anatomía.

Noviembre y quicio, en la forma de subir los cordones
y recuerdos durmiendo en el disco que los arrulla,
en la exacta luz de la tormenta.

A oscuras dimos tumbos en el cuarto del verbo,
pidiendo por el interruptor del ojo.
Un reloj, detenido entre altavoces y viveros,
tensa las cuerdas de un libro.

¿Cómo hizo Goya para tallar aquelarres en negro?

Los camiones de soda ya recorrieron 3 cuadras.
Y sentada en el colectivo, tras la barrera,
esta mañana no tuviste una sola letra.

Pampa de ideas,
delgadas como el minuto del mediodía.
Y esos frutos ocres y redondos
que se pudren en la espalda de los techos de chapa.

Las nubes son sombras que dirigen el viento,
así como yo crecí en la costilla izquierda de mi madre.

Y los gestos que amamos, descansan en lo oblicuo del cuerpo.

Hay un Goliat con jeta de David,
escondiendo el animal de la suerte en la voz.
En carbón de los huesos de fibra de vidrio.

Hay los que duermen para despertar,
en antenas que son la punta eléctrica del dedo indígena.

El tiempo es una mano que cierra sus dedos uno por uno.

Y despacio, aprendiste a distinguir al perro,
arrastrándose sobre su estómago.

Es el inquilino del piso de arriba.

Ladera de fin de año,
donde el viajar es un placer de puta arcilla.
En el vacío del jarrón crece la distancia.

No hay comentarios.: