jueves, noviembre 22, 2007

Las mismas huellas

Me olvido sentado sobre una ventana.
Encima de mi… el cielo céntrico.
Me niego a la dispersión de los movimientos, y a la vida invertebrada.

Hay un genocida que rodea la manzana. Y el pueblo desmiente al pueblo.
Tuve un temblor premonitorio, y me cansé de los ríos de sangre.

Y aún el umbral perenne, como hace años.
Nunca acudí, nunca llegué a la montaña dónde me esperabas desabrigada.
Sin embargo, sé que seguís ahí… exenta de grillos y rebalsando de raíces.

Estas huellas siguen siendo las mismas, de placer y dolor.

Y a los sueños todavía los resguardo del ruido de los fusiles.

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