jueves, febrero 28, 2008

Adherente (la prevención hostil del que niega)

Si tan sólo fuese un hombre solo
sería todo más suelto y desierto.

Detrás del hambre, de a poco me extiendo.
Y contento al fin de la noche a través de una copa.

Como si pusiéramos tus reojos y los míos de pie,
en la melodía de todos los días
y en la parodia del amor.

Ahora que el cielo se secó y el barro se endurece,
la pequeña muerte estrena el colchón.

Y ríe estrépitos de humedad.

2 comentarios:

Jimena Arnolfi dijo...

"la pequeña muerte estrena el colchón"


.
.
.

gustose. comparta letras! que se quiere leerlo!

Prometeo della Sierra dijo...

Me gusta tu estilo, no recordaba cómo escribías loco.