Golpear la puerta de mi casa...
Golpeadores. Esa hoja de ciprés, esa fuente seca y oxidada.
Ajeno a mí.
Golpeador. Ruinas que se mantienen intactas, agrietadas y sangrando su lluvia ácida.
Tu lunar es casi lunar.
Y mis letras aún continúan borrosas en esta mesa.
Alguien golpea... soy vos también.
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