jueves, abril 23, 2020

Soneto fallado

Digerí un rato largo la ocasión en atavíos propios de este caos. En siluetas de la luna, y los pesados artilugios, al momento de la acción.

Me persigue una horda intermitente de algo que no sabría describir. Van envueltos en un látex adherente, parecen serpientes queriendo escupir.

Olisqueando el ambiente cual sabuesos. Con los pies llenos del barro, tal vez, en una de esas me logren alcanzar.

Pero no conocen como yo estos suelos, ni entenderían esta existencia al revés. ¡Que me permite vivir sin respirar!

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Muy bueno! Me encantó, tan diferente y tan tuyo a la vez.