lunes, abril 30, 2012

El centro del mundo

Tirado en la cama encendí otro cigarro de esos que no tienen sabor,
de fondo es amargo pero si se apaga me vuelve la idea del amor.
De aquella mañana en que amanecí sólo y vos a unos metros nomás,
jugando a los dados de los engañados te hiciste la actriz de Godard.
Después a los días que fueron pasando, yo no los voy a contar.
Nuestro reencuentro fue tan absurdo, pediste perdón y jamás
creí en tu palabra pero sin embargo imposible me fue despegar.
Seguimos bailando por casi un año entre los nos y los sis,
mientras pasaban las horas, los meses y yo borracho en el bar
escuchando tangos de los que amaron sin nunca saber cómo amar.
Mi casa era fría, no tenía agua, apenas si había gas y lo prendía
a la noche esperando que el óxido se apiadara de mi soledad.
Vos te fuiste lejos, al centro del mundo dejándome sin la ciudad,
yo soñé tu vuelta mientras me trataban en nombre de Jacques Lacan.
Hoy parezco otro pero soy el mismo canalla que te prometió amor
y todas las noches de insomnio y tabaco me vuelve la idea de los dos.


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